Bautismo en la parroquia
Del Catecismo de la Iglesia Católica
“El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu («vitae spiritualis ianua«) y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión. Este sacramento recibe el nombre de Bautismo en razón del carácter del rito central mediante el que se celebra: bautizar (baptizein en griego) significa «sumergir«, «introducir dentro del agua«; la «inmersión» en el agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo, de donde sale por la resurrección con Él (cf Rm 6,3-4; Col 2,12) como «nueva criatura» (2 Co 5,17; Ga 6,15).
Este sacramento es llamado también “baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo” (Tt 3,5), porque significa y realiza ese nacimiento del agua y del Espíritu sin el cual «nadie puede entrar en el Reino de Dios» (Jn 3,5). Este baño es llamado iluminación porque quienes reciben esta enseñanza (catequética) su espíritu es iluminado» (San Justino, Apología 1,61). Habiendo recibido en el Bautismo al Verbo, «la luz verdadera que ilumina a todo hombre» (Jn 1,9), el bautizado, «tras haber sido iluminado» (Hb 10,32), se convierte en «hijo de la luz» (1 Ts 5,5), y en «luz» él mismo (Ef5,8): El Bautismo «es el más bello y magnífico de los dones de Dios […] lo llamamos don, gracia, unción, iluminación, vestidura de incorruptibilidad, baño de regeneración, sello y todo lo más precioso que hay. Don, porque es conferido a los que no aportan nada; gracia, porque es dado incluso a culpables; bautismo, porque el pecado es sepultado en el agua; unción, porque es sagrado y real (tales son los que son ungidos); iluminación, porque es luz resplandeciente; vestidura, porque cubre nuestra vergüenza; baño, porque lava; sello, porque nos guarda y es el signo de la soberanía de Dios» (San Gregorio Nacianceno, Oratio 40,3-4).
El lugar para celebrar el sacramento del Bautismo es la parroquia a la que uno pertenece, esto es, normalmente, en la que reside. Para celebrarlo fuera de la parroquia propia es necesario el permiso del párroco.
- En nuestra parroquia los bautismos se celebran los sábados en los horarios que no coinciden con la Eucaristía.
- Para bautizar a un niño es necesario hacer una catequesis prebautimal para que los padres y padrinos sean conscientes del sacramento que piden para sus hijos, y de la vocación a la santidad que su hijo recibirá y que ellos se comprometen a desarrollar. Esta catequesis se concierta con uno de los sacerdotes de la parroquia.
- Es importante contactar ocn um mes de antelación para fijar la fecha.
Para recoger los datos que se copiarán en el libro de bautismos, hacer click sobre este enlace.