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De nuevo la posverdad

De nuevo la posverdad

El año pasado, en nuestra querida parroquia, tuvimos una conferencia explicando que era eso de la posverdad, las fake news, y cosas similares. Con esta cumbre climática que hemos sufrido, creo que no está de más darle un repasito a estos temas, pues tengo la humilde impresión de que la posverdad ha tomado el poder pues la veo por todas partes.

La era de la posverdad es el tiempo en el que la opinión pública es dominada por noticias que son medias verdades o realidades distorsionadas, fuer­temente emotivas, que mueven a quien las recibe. Antes se llamaba demagogia. Lo fake es parecido; significa falso, pero aparente verdadero y está falsificado con la intención de provocar engaño. Diríamos “camuflado”.
Me ha dado mucha pena la información sobre el cambio climático que he visto en las noticias estos días. Pocas veces he visto actuar la maquinaria de manipulación tan fuertemente, y es preocupante que consiga su objetivo. Creo que no es exagerado decir que esta manipulación ha sido la herramienta que ha usado una nueva forma de lucha de clases, utilizando el juego de la víctima, con tintes pseudo-religiosos en los se se consultaba una casta de adivinos. El modo como tienen los periodistas de referirse a los modelos climáticos hechos por los que llaman científicos en los telediarios tiene más de adivinación que de ciencia. A mi me recordaba al tarot. Y el summum es cuando nos llaman negacionistas a los que pedimos más rigor informativo en todo este asunto, término por cierto, usado para referirse a los que niegan la realidad del holocausto. La finalidad de este nueva lucha climática de clases es clara: que los que gobiernan nos tengan todavía más manipulados y controlados, ahora metiendo el factor ecológico en el control que quieren tener de la mentalidad humana.
No voy a entrar en los detalles de los modelos, pues no soy especialista en ello. Pero tengo muchas preguntas: ¿Cuánto durará el efecto de la COP 25? ¿Dentro de 3 años hablaremos de ello? ¿Qué pasa si es beneficioso para el planeta un calentamiento, digamos de un grado, cuando se estabilicen las temperaturas? Como decía anteriormente, cualquiera con dos dedos de frente será capaz de formular estas preguntas y otras más interesantes.
Dentro del ámbito católico me preocupa que se admitan acríticamente postulados pseudo-científicos. He leído en Religión Confidencial (el titulito se las trae) una noticia diciendo que el Movimiento Católico Mundial por el Clima respaldaba a Greta, y claro, lo primero que me pregunté es quién le había dado a este movimiento el derecho a llamarse católico. Es más, el código de derecho canónico dice lo siguiente: cn 216 Todos los fieles, puesto que participan en la misión de la Iglesia, tienen derecho a promover y sostener la acción apostólica también con sus propias iniciativas, cada uno según su estado y condición; pero ninguna iniciativa se atribuya el nombre de católica sin contar con el consentimiento de la autoridad eclesiástica competente. Luego busqué a quién representaba este movimiento y cuántos miembros tenía; fiasco. En teoría muchas asociaciones de todo el mundo: de Madrid, ninguna, y, lo que es más grave, han conseguido un titular en esa página web que ha llegado e influido en miles de personas.
Yo me pregunto: ¿no estamos en una sociedad bastante loca?
P. Javier, PhD (astrophysics), STL y humilde párroco de santa Elena

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