Nobleza obliga, realeza más

Rara vez caen hoy en nuestras manos cosas para leer; más bien nos topamos con tuits que sugieren ideas que nos llevan a veces a algunos sitios web interesantes, aunque las más de las veces, lo que nos llega es ruido informativo más que información seria. Una de las cosas serias que he leído estos días atrás ha sido un artículo sobre la nobleza de espíritu que me llegó siguiendo un hilo simpático sobre una persona que bendecía todo lo que comía entre horas, ya que al no poder dejar de comer, al menos -decía- iba a estar en oración continua.

Nobleza obliga, realeza más

Rara vez caen hoy en nuestras manos cosas para leer; más bien nos topamos con tuits que sugieren ideas que nos llevan a veces a algunos sitios web interesantes, aunque las más de las veces, lo que nos llega es ruido informativo más que información seria. Una de las cosas serias que he leído estos días atrás ha sido un artículo sobre la nobleza de espíritu que me llegó siguiendo un hilo simpático sobre una persona que bendecía todo lo que comía entre horas, ya que al no poder dejar de comer, al menos -decía- iba a estar en oración continua.

Individuo, persona, Eucaristía

Individuo: Del latín individuus: ‘indivisible’. Es una de las palabras con las que hoy se designa a la persona: cada persona es individuo, esto es, es indivisible; si se pudiera dividir en dos personas, serían dos individuos. Hasta aquí bastante obvio. Pero el problema está en la simpleza que se hace al identificar a la persona con el individuo, pues también un burro es indivisible….

Individuo, persona, Eucaristía

Individuo: Del latín individuus: ‘indivisible’. Es una de las palabras con las que hoy se designa a la persona: cada persona es individuo, esto es, es indivisible; si se pudiera dividir en dos personas, serían dos individuos. Hasta aquí bastante obvio. Pero el problema está en la simpleza que se hace al identificar a la persona con el individuo, pues también un burro es indivisible….

Ciencia y Opinión (Episteme y Doxa)

Hay que pararse un poquito a pensar. Sobre todo es bueno coger este hábito poniendo el cacumen a trabajar, especialmente en una sociedad que ha hecho del cambio uno de sus pilares vitales. Así conseguimos que no nos engañen. Si se une el marketing al relativismo, tenemos que cuánto más cambien las cosas, sin que haya nada estable o verdadero, más novedades vendemos, y mejor va la economía, pero a costa de la verdad que es la que pierde. Esta es nuestra realidad: es necesario saltar de novedad en novedad y cuántas más noticias tengamos mejor; si no las hay hay que inventarlas.Pero conviene pararse a pensar.

Ciencia y Opinión (Episteme y Doxa)

Hay que pararse un poquito a pensar. Sobre todo es bueno coger este hábito poniendo el cacumen a trabajar, especialmente en una sociedad que ha hecho del cambio uno de sus pilares vitales. Así conseguimos que no nos engañen. Si se une el marketing al relativismo, tenemos que cuánto más cambien las cosas, sin que haya nada estable o verdadero, más novedades vendemos, y mejor va la economía, pero a costa de la verdad que es la que pierde. Esta es nuestra realidad: es necesario saltar de novedad en novedad y cuántas más noticias tengamos mejor; si no las hay hay que inventarlas.Pero conviene pararse a pensar.

Mi historia de amor con la filosofía

Mi relación con la filosofía es una historia de amor-odio; al principio de vida intelectual la odiaba con todos mis sentidos, pues por la formación ingenieril-científica que tenía antes de entrar en el Seminario, la consideraba pueril y una pérdida de tiempo. Tanto es así, que cuando entré en le Seminario y tuve mi primer examen de historia de la filosofía, me lleve a casa un hermosísimo suspenso, por cierto bien merecido. Me cayó en aquel examen el Alma en Platón, y no tenía ni idea de que iba el asunto. Como sería la debacle que todavía me acuerdo. Quizá tampoco estaba preparado en aquella época para entenderlo, pero mi desprecio inicial por Platón se ha convertido a lo largo del tiempo en aprecio, pues ahora es una de las fuentes de mi vida intelectual. No en vano es uno de los pilares de la civilización occidental, y rechazarlo es suicida.

Mi historia de amor con la filosofía

Mi relación con la filosofía es una historia de amor-odio; al principio de vida intelectual la odiaba con todos mis sentidos, pues por la formación ingenieril-científica que tenía antes de entrar en el Seminario, la consideraba pueril y una pérdida de tiempo. Tanto es así, que cuando entré en le Seminario y tuve mi primer examen de historia de la filosofía, me lleve a casa un hermosísimo suspenso, por cierto bien merecido. Me cayó en aquel examen el Alma en Platón, y no tenía ni idea de que iba el asunto. Como sería la debacle que todavía me acuerdo. Quizá tampoco estaba preparado en aquella época para entenderlo, pero mi desprecio inicial por Platón se ha convertido a lo largo del tiempo en aprecio, pues ahora es una de las fuentes de mi vida intelectual. No en vano es uno de los pilares de la civilización occidental, y rechazarlo es suicida.

Ante el fallecimiento de Rubalcaba

Dos acontecimientos de la vida pública han llamado mi atención esta semana pasada: la honda crisis de la derecha conservadora por alejarse del humanismo cristiano y el fallecimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba, por cuyo descanso eterno y el perdón de sus pecados he rezado, como pido que hagan en mi fallecimiento.

Ante el fallecimiento de Rubalcaba

Dos acontecimientos de la vida pública han llamado mi atención esta semana pasada: la honda crisis de la derecha conservadora por alejarse del humanismo cristiano y el fallecimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba, por cuyo descanso eterno y el perdón de sus pecados he rezado, como pido que hagan en mi fallecimiento.

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