Me he vuelto ecologista

Hace unos días me ha visitado una amiga mía con la que, años atrás, compartí la experiencia de misión en la calle en San Sebastián. Los viejos amigos siempre viven en el corazón, y los encuentros con ellos siempre son fuente de alegría. Es hermoso comprobar que la amistad es compartir una vida llena de sentido porque está llena del amor de Dios. En el curso de la conversación le pregunté a mi interlocutora, que, por cierto, es francesa, cómo estaba viviendo la Iglesia en Francia la cuestión de la ecología.

Me he vuelto ecologista

Hace unos días me ha visitado una amiga mía con la que, años atrás, compartí la experiencia de misión en la calle en San Sebastián. Los viejos amigos siempre viven en el corazón, y los encuentros con ellos siempre son fuente de alegría. Es hermoso comprobar que la amistad es compartir una vida llena de sentido porque está llena del amor de Dios. En el curso de la conversación le pregunté a mi interlocutora, que, por cierto, es francesa, cómo estaba viviendo la Iglesia en Francia la cuestión de la ecología.

Elogio de la eutrapelia

¡Vaya palabro que nos suelta el p. Javier en sus 500 palabras! ¿Vendrán otros 500 palabros iguales detrás?
– Conste que no escribo “palabro” buscando empoderar mi sexo masculino … Solo es un modo coloquial, digamos, de criticar a los pedantes. Y espero que hablar de la eutrapelia no resulte pedante.

Elogio de la eutrapelia

¡Vaya palabro que nos suelta el p. Javier en sus 500 palabras! ¿Vendrán otros 500 palabros iguales detrás?
– Conste que no escribo “palabro” buscando empoderar mi sexo masculino … Solo es un modo coloquial, digamos, de criticar a los pedantes. Y espero que hablar de la eutrapelia no resulte pedante.

Si no se lee, ¿se debe opinar?

Hay un consejo que se da a los conductores con el que todos estamos de acuerdo, que es el de “sin bebes no conduzcas”; Sería una grave irresponsabilidad ponerlo como “conduce si bebes; es divertido”. Beber en exceso embota la mente, y destroza en corazón del hombre, nos aparta de nuestra vocación a la santidad y nos lleva a la superficialidad, impropia de quien es discípulo de Cristo, imagen del Dios invisible.

Si no se lee, ¿se debe opinar?

Hay un consejo que se da a los conductores con el que todos estamos de acuerdo, que es el de “sin bebes no conduzcas”; Sería una grave irresponsabilidad ponerlo como “conduce si bebes; es divertido”. Beber en exceso embota la mente, y destroza en corazón del hombre, nos aparta de nuestra vocación a la santidad y nos lleva a la superficialidad, impropia de quien es discípulo de Cristo, imagen del Dios invisible.

A favor del patriarcado

Últimamente la palabra de moda es “patriarcal”. Quienes la usan probablemente se consideran intelectuales de primera, quizá después de haber seguido algún curso “de género” copiosamente subvencionado. Yo humildemente pienso que la dignidad del trabajo humano está en producir, crear, comerciar honestamente, servir, etc. Por eso, este tipo de subvenciones dedicadas a promover un feminismo de carácter marxista me parece que no son fruto del bien común que el estado debe buscar.

A favor del patriarcado

Últimamente la palabra de moda es “patriarcal”. Quienes la usan probablemente se consideran intelectuales de primera, quizá después de haber seguido algún curso “de género” copiosamente subvencionado. Yo humildemente pienso que la dignidad del trabajo humano está en producir, crear, comerciar honestamente, servir, etc. Por eso, este tipo de subvenciones dedicadas a promover un feminismo de carácter marxista me parece que no son fruto del bien común que el estado debe buscar.

Yoga y oración cristiana

Enlace al Boletín

Hace unos días, estando con mi madre, buena católica, aunque ya un poco despistada por la edad, nos asomamos a ver la reforma de un local comercial que están haciendo en nuestro barrio. Mamá no sabe vivir la vida sin preguntar, y allá que fue a enterarse qué negocio nos iban a poner abajo, aunque lo ponía en la entrada: próxima apertura de “Centro de Yoga”. Nos atendió, amablemente, un señor con acento andaluz, quizá criado en las Alpujarras, por aquello del orientalismo, aunque no se lo pregunté. Y le explicó a mi madre lo que era el Yoga: un camino para ser felices por la meditación.

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Hace unos días, estando con mi madre, buena católica, aunque ya un poco despistada por la edad, nos asomamos a ver la reforma de un local comercial que están haciendo en nuestro barrio. Mamá no sabe vivir la vida sin preguntar, y allá que fue a enterarse qué negocio nos iban a poner abajo, aunque lo ponía en la entrada: próxima apertura de “Centro de Yoga”. Nos atendió, amablemente, un señor con acento andaluz, quizá criado en las Alpujarras, por aquello del orientalismo, aunque no se lo pregunté. Y le explicó a mi madre lo que era el Yoga: un camino para ser felices por la meditación.

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