Me he vuelto ecologista

Hace unos días me ha visitado una amiga mía con la que, años atrás, compartí la experiencia de misión en la calle en San Sebastián. Los viejos amigos siempre viven en el corazón, y los encuentros con ellos siempre son fuente de alegría. Es hermoso comprobar que la amistad es compartir una vida llena de sentido porque está llena del amor de Dios. En el curso de la conversación le pregunté a mi interlocutora, que, por cierto, es francesa, cómo estaba viviendo la Iglesia en Francia la cuestión de la ecología.



